13 Nov Teoría del líder
13 de Noviembre del 2015
Publicado por Grupo Reforma
Conversaba con un catedrático que aseguraba, tras casi 30 años de dedicarse a enseñar a MBA’s, que el liderazgo simplemente no puede enseñarse. Decía que era una causa perdida, que nadie se ponía de acuerdo y que estaba lleno de charlatanes. Fascinante.
Existen dos posiciones opuestas que funcionan como marco sobre las teorías de liderazgo: en una esquina, la que dice que el liderazgo no puede enseñarse, que invertir en esto es tirar el dinero; en la otra, la que dice que todos podemos ser líderes y que es cuestión de despertar y entrenar esa faceta.
Para alborotar más la discusión, me permito enlistar algunas corrientes sobre el liderazgo:
1.- El líder es un macho alfa. Es una mezcla de testosterona con elementos estéticos. Los líderes tienden a ser más altos, esbeltos y bien parecidos que los subordinados. Adicionalmente, predominan los hombres. Churchill y Angela Merkel, por ejemplo, brillan como excepciones.
2.- El líder es el más virtuoso. Viene desde Platón en su libro la República, que fomentaba la idea de que los más notables deberían ser las cabezas. Pero los líderes muchas veces tienen un dark side impresionante y guardan sus defectos en el clóset, hasta que afloran en situaciones de alto estrés.
3.- El líder es según la situación. Ésta es una corriente que inicia con Maquiavelo y que promulga la variabilidad/adaptación del líder en función de los retos que tenga frente a sí. En términos modernos se le llama pragmatismo.
4.- El líder es temporal y prescribe. Hay líderes para diferentes etapas de negocio. Esta teoría no ha sido bien recibida en función del ego inflado de los líderes, ya que consideran que son para todas las épocas y en todas las etapas. Tras 11 años sin agregar valor a la acción de Microsoft, por ejemplo, Ballmer se retira y al día siguiente la acción se dispara. De un día a otro, Ballmer se gana 560 millones de dólares con las acciones que tenía; retirarse le dio valor a la compañía.
5.- Carisma. El líder lo es por su carisma. El carismático lleva ventaja pero, infelizmente, el carisma también existe en personas altamente incompetentes; los ejemplos están a la vista de todos, menos en la del líder mismo.
6.- Determinismo histórico. El poder “le cae” a la persona en función de ciertas variables del entorno. Hay eras o circunstancias que favorecen a determinado tipo de personas sobre otras. Tolstoy incluso ridiculizaba a la teoría del Gran Líder y argumentaba que hasta los héroes son prisioneros de fuerzas históricas que están fuera de su control.
7.- Intereses. El líder es mientras sirva a los intereses de los que componen el grupo. En el momento en que pierde su utilidad pierde el poder.
Hay docenas de teorías más que rebasan este espacio, pero por mi parte sugiero que independientemente de cómo hayan llegado a ser líderes y por qué, se pueden clasificar en: “buenos o malos”; oportunos o anacrónicos, efectivos o eficientes.
Sin embargo, la distinción más dramática tiene que ser entre líderes emprendedores y administradores; los primeros se centran en el “qué”, buscan innovar, detectar oportunidades y montarse en olas de mercado; los segundos se centran en el ‘cómo’, buscan ser eficientes, explotar oportunidades y suelen estar desconectados del mercado.
Es raro que el emprendedor sea buen administrador y viceversa. Sin el administrador, el emprendedor tiende a desenfocarse y diluirse. Sin el emprendedor, el administrador tiende a sobreenfocarse y perder sensibilidad con el mercado.
Que siga la discusión.
horaciomarchand@marchandyasociados.com
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